sábado, 5 de septiembre de 2009

Unos 200 millones de niños menores de cinco años no alcanzan su nivel de desarrollo cognitivo

Una investigación sobre el avance infantil que el Colegio Universitario de Londres ha realizado en 45 países en desarrollo y que ha sido publicada en la revista médica The Lancet, sugiere que unos 200 millones de niños menores de cinco años no alcanzan su nivel de desarrollo.

Las principales causas de esta situación vienen provocadas por la miseria, los escasos estímulos psicológicos que reciben los pequeños o los bajos niveles de salud y nutrición, como la baja ingesta de yodo o hierro.

A estos factores se unen otros como la exposición a enfermedades infecciosas o la depresión materna. La profesora del Centro para la Salud Infantil Internacional Sally Grantham-McGregor, afirma que “Es posible que estos niños con desventajas no rindan en la escuela y, por tanto, tengan bajos ingresos y alta fertilidad, lo que hace que la pobreza pase a través de generaciones”.Los niños más afectados (66%), se encuentran en el sur de Asia y el África Subsahariana, pero también hay altas tasas en América Latina.

Del estudio se desprenden más conclusiones y soluciones les invito descargar el archivo en ppt (en inglés) publicado en la página web del Banco Interamericano de desarrollo.

viernes, 4 de septiembre de 2009

La falta de cariño impide crecer

Un estudio universitario vincula el déficit de desarrollo de los bebés con la merma afectiva
JAVIER ARROYO - Granada - 20/12/2002
Los bebés vienen al mundo tan necesitados de amor como de comida o cuidados higiénicos. La falta de cariño provoca algo más que bebés tristes aspirantes a convertirse en adultos con serios problemas emocionales o intelectuales.
Según la catedrática de Enfermería Infantil de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada, María José Aguilar Cordero, es un hecho que la carencia afectiva tiene en los niños menores de tres años resultados puramente físicos como el retraso del crecimiento y el desarrollo, que se manifiesta en falta de peso y talla corta, así como en un aspecto desnutrido con delgadez, piel fría y trastornos frecuentes.
El origen, explica Aguilar Cordero, está en que la carencia afectiva produce estrés en el bebé, lo que eleva el nivel de una hormona denominada serotonina que, a su vez, inhibe en alguna medida la producción de los niveles suficientes de la hormona del crecimiento.
La profesora Aguilar Cordero, que define la carencia afectiva o abandono emocional como "la falta de cuidados básicos y psicoafectivos de los padres o cuidadores hacia el niño, con carácter crónico", considera que el desafecto es una forma de maltrato psicológico con consecuencias "devastadoras" si no se trata en los primeros años de vida. En definitiva, una maltrato más sutil que el físico y, por ello, mucho más difícil de detectar.
Los malos tratos físicos están cediendo paso a estos otros, más difíciles de detectar. Aguilar precisa que hay detalles que pueden indicar que un bebé no está recibiendo todos los cuidados que necesita. Es el caso, por ejemplo, de pequeños que no están vacunados adecuadamente, de niños a los que sistemáticamente sus padres recogen tarde del colegio o que no van vestidos de acuerdo a las temperaturas, explica.
En cualquier caso, las secuelas físicas de la falta de cuidados básicos y de cariño son, tratados con tiempo, reversibles. Sobre todo si se tratan en niños con menos de tres años ya que si el retraso en el crecimiento procede de una alteración hormonal es posible actuar en ese ámbito. El problema es grave en niños mayores de esa edad, en la que el déficit de desarrollo no necesariamente depende de problemas en la secreción de hormonas del crecimiento.

Genes de la "afectuosidad" favorecen un apego seguro

Las relaciones entre padres e hijos están determinadas no sólo por el ambiente, también influirían factores genéticos y epigenéticos que explicarían una predisposición a crear vínculos más profundos determinados, entre otros, por los genes que favorecen la fidelidad y el cariño.
El apego, es decir, la relación afectiva y vincular que se establece entre las personas, particularmente entre padres e hijos, tiene condicionantes genéticas y epigenéticas que influirían en el desarrollo cognitivo, afectivo y emocional de los individuos, sobre todo en los primeros cinco años de vida.
Es en esa etapa cuando se fija hasta el 90% de las expectativas sicosocioculturales de los sujetos, las cuales están determinadas por la existencia o carencia de vínculos que estimulan afectiva y emocionalmente a la persona. Así lo señala el académico del Programa de Genética Humana del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, doctor Carlos Valenzuela, quien es uno de los docentes del curso de postítulo “Apego y experiencia temprana: el descubrimiento de los primeros años”, que se realizó en abril del presente año.
El profesor titular explica que “la ciencia ha descubierto en el modelo animal genes de poligamia y monogamia, así como de fidelidad conyugal, algunos de los cuales también se han analizado en seres humanos. La fidelidad hay que entenderla como afectuosidad y no necesariamente como sinónimo de pareja única. Por ejemplo, un roedor puede ser fiel a tres hembras, es decir, ser polígamo aunque un excelente cuidador para sus crías y las madres de ellas”, resalta. Cuando el gen de la "afectuosidad" no está presente, tanto en machos como hembras, éstos tienden a ser más infieles y a no desarrollar relaciones permanentes. “Lo que está en juego es la profundidad del vínculo que, asimismo, da estabilidad a la pareja”, dice.
El médico añade que si bien hay determinaciones genéticas, el ambiente genera grandes cambios. “Un estudio realizado en roedores de madres frías y poco cuidadoras cuyas crías fueron instaladas con animales que tenían un fenotipo cuidador, o sea, que los lamían y acurrucaban, cambiaron su patrón de comportamiento una vez que llegaron a la adultez. Esto significa que si bien su imprinting genético los impulsaba a actuar fríamente, fueron más cariñosos con sus crías gracias al cambio metabólico que se produjo en sus cerebros tras haber recibido afecto en la primera etapa de sus vidas”, añade.
El doctor Valenzuela plantea que la pareja que procrea y cría es absolutamente indispensable, sobre todo si se considera que la espera de un hijo libera una serie de hormonas que favorecen la expresión de cariño hacia el nuevo ser. “No podemos esperar que la persona que trabaja en una sala cuna tenga los mismos estados hormonales de la madre, cuyo cerebro cambia estructural y funcionalmente durante el embarazo, ni tampoco podemos pretender inyectarle dosis de oxitocina y vasopresina para que los desarrolle”, sostiene.
Agrega que antes de diseñar una política de salud o educación global hay que considerar estos factores. “Tenemos que revisar lo que estamos haciendo como sociedad con estudios de largo aliento que incorporen estos elementos para saber si haber separado a la madre de su hijo a temprana edad, entregándolo a un cuidador, tiene repercusiones en el vínculo y en el techo afectivo, emotivo y valorativo que manifestará ese individuo en el futuro”, sostiene.
El doctor Valenzuela dice que la sociedad actual parece no privilegiar las relaciones humanas, por el contrario, resulta bastante calculadora, materialista, fría y hasta autista. “¿Le estamos enseñando a nuestros niños a vincularse superficialmente o profundamente, los estamos ayudando a aprender a querer y a manifestar su cariño o estamos formando personas desvinculadas, destructivas y robotizadas?”, pregunta. Apego seguro y resiliencia Los estudios indican que el apego seguro en los primeros años de vida facilita y promueve un desarrollo emocional resiliente, es decir, favorece la tolerancia a situaciones de alto riesgo. “Las personas que tuvieron relaciones de afecto y seguridad con sus progenitores durante la niñez tienen mejor salud mental en la vida adulta.
Asimismo, un ambiente seguro y positivo, libre de violencia durante la infancia, promueve la formación de una personalidad resiliente. Y la forma en que el adulto será resiliente dependerá en buena parte de las condiciones de crianza de sus primeros años y de las relaciones de apego”, señala la directora del curso, doctora María Eugenia Moneta. Sin embargo, plantea, hay una vulnerabilidad genética a los ambientes de riesgo que puede expresarse menos si existe un apego real y seguro. “Los niños derivan tanto del genotipo como del ambiente familiar de sus progenitores. En otras palabras, ambientes de algo riesgo potencian los efectos de un genotipo ya riesgoso. Por eso la resiliencia o la falta de ella es parte de un fenotipo determinado por la coacción y la interacción de factores genéticos y ambientales”, concluye.
Edición: Universia / RR
Fuente: Universidad de Chile

Recomiendan no llevar a los niños menores de tres años a los supermercados

La neurobióloga y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, doctora María Eugenia Moneta, sugiere que los niños menores de tres años no sean llevados a los malls porque en estos lugares reciben una estimulación visual y auditiva exagerada que los agota e intranquiliza. Lo mismo ocurre, señala, con los supermercados y la televisión: “En esta etapa el cerebro se está formando y, por lo tanto, aunque la experiencia y estimulación son muy importantes, no hay que someterlos a excesos porque es en este período cuando específicamente se producen y pulen las conexiones sinápticas formando circuitos neuronales que, de usarse, permanecerán de por vida”, plantea.
La doctora Moneta, académica del Programa de Genética Humana del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U de Chile, dirige el curso “Apego y experiencia temprana: el descubrimiento de los primeros años”, que realizóla Escuela de Postgrado de la Facultad de Medicina entre el 26 de agosto y el 28 de octubre del 2008.
Este curso se profundizó en la importancia del apego seguro que debiera extenderse, al menos, durante los 10 primeros años de vida. “El apego no empieza en la sala de parto ni termina en el puerperio, es un proceso largo que está directamente relacionado con el desarrollo y organización del cerebro”, explicó la doctora Moneta.
Para el apego es fundamental que el niño tenga al menos un referente, es decir, un cuidador o una persona con gran disponibilidad, sensibilidad y que esté pendiente de las señales que emite. “Los niños necesitan al otro para desarrollar la intersubjetividad, de hecho los bebés reconocen sus estados emocionales en la cara del cuidador, de ahí que sea tan grave la depresión posparto”, comenta.
La doctora Moneta señala que la persona que cuida al bebe no solo debe preocuparse porque esté limpio, aseado y bien alimentado, es priomordial que actúe verbal y emocionalmente con él para calmarlo o estimularlo.
También resalta, que la conducta de los niños es consecuencia de la interacción del genotipo con el ambiente, siendo el entorno familiar, particularmente muy importante. Ello significa que si bien el apego está lejos de ser una característica genética, existen factores que indican la trasmisión de estilos de crianza de una generación a otra.
Publicado en:http://www.med.uchile.cl/2008/agosto/1094-recomiendan-no-llevar-a-ninos-menores-de-tres-anos-a-los-malls.html

Todos los niños sufren algo de estrés

Chandra Ghosh Ippen, Ph.D.
National Child Trauma Stress Network

El estrés es una parte normal del desarrollo y aprender a lidiar con él es una parte crucial del desarrollo. Desafortunadamente mucho más niños de los que quisiéramos sufren estrés severo (trauma) – estrés que abruma sus capacidades de desarrollo. Por ejemplo, los últimos estudios sugieren que 15.5 millones de niños en los Estados Unidos viven en familias con violencia doméstica.
Anualmente 3.6 millones de niños son investigados por los Servicios de Protección al Niño (Child Protective Services), y estudios de los niños de Head Start sugieren que en algunas poblaciones, más del 75% ha sido testigo o víctima de por lo menos un incidente de violencia. Diferentes niveles de estrésLa mayoría de los niños experimenta estrés normal asociado con el desarrollo y las transiciones normales del desarrollo. Ejemplos de estrés normal en la infancia temprana incluyen separarse de los proveedores de cuidado por períodos breves, aprender a lidiar con la frustración cuando no pueden hacer algo o se les niega algo, el nacimiento de un hermano o hermana, y el inicio de una nueva escuela.
Otra categoría de factores estresantes está formada por los factores estresantes significativos pero tolerables. Estos factores estresantes ocurren pero no abruman la capacidad del niño para lidiar con ellos. Cuando pensamos en cómo los niños lidian con el estrés, debemos pensar que en la infancia temprana lidiar con problemas es un proceso que involucra tanto al niño como al proveedor de cuidado. El mismo factor estresante (como un terremoto, divorcio de los padres, enfermedad de uno de los padres) puede ser tolerable para algunos niños y abrumador para otros. Luego está el estrés traumático o tóxico.
Existen factores estresantes agudos que pueden perturbar la vida de un niño de manera significativa, como incendios, accidentes de auto, o desastres naturales serios, y existen factores estresantes crónicos como la pobreza o la violencia crónica en la comunidad. Otros factores estresantes traumáticos que pueden ser agudos o crónicos son el abuso físico o sexual, la exposición a la violencia doméstica, y la muerte de un proveedor de cuidado.
Efectos del estrés
Estamos aprendiendo mucho sobre cómo el estrés, y en particular el estrés crónico, afecta el sistema de respuesta al estrés, el cual está en desarrollo durante la infancia temprana. ¿Qué significa esto? Básicamente que cuando detectamos peligro, ocurren cambios en nuestro cuerpo a un nivel químico/fisiológico que lo preparan para lidiar con el factor estresante. A este sistema lo llamamos el sistema de lucha o escape. Nuestros cuerpos literalmente se preparan para actuar. Nuestro corazón late más rápido, los cambios en los niveles de hormonas como el cortisol resultan en un aumento de adrenalina en nuestro sistema, la cual nos ayuda a obtener la energía para movernos. Usualmente después de un tiempo, el sistema se autorregula. Decide que es momento de desactivar nuestra respuesta. El problema surge cuando el sistema está constantemente en alerta porque hay peligro constante, especialmente en los casos de traumas crónicos. Lo que vemos en los niños que han sufrido traumas son patrones irregulares en su sistema de respuesta al estrés, particularmente en sus niveles de cortisol. Algunos estudios también han encontrado niveles elevados de presión sanguínea en niños pequeños.
Indicadores de estrés
Hay una considerable superposición en los síntomas que los infantes, lactantes, preescolares y niños escolares menores podrían demostrar en respuesta al estrés. En los niños más pequeños los síntomas comunes de estrés incluyen problemas con el sueño y la alimentación, berrinches y otros comportamientos agresivos, aferramiento, ansiedad de separación, y comportamiento temeroso. También vemos comúnmente demoras en el desarrollo o pérdidas de las destrezas de desarrollo que el niño había adquirido anteriormente (por ejemplo, un niño que había sido entrenado a ir al baño empieza a tener accidentes de pronto). En cuanto a los factores estresantes más traumáticos, el niño podría mostrar síntomas de estar reviviendo los eventos traumáticos, como en el caso del juego postraumático, el cual incluye juegos que son altamente repetitivos y enfocados en algún aspecto de la experiencia traumática. El niño también podría mostrar retraimiento social. Por ejemplo, el niño podría no involucrarse con los demás, podría mostrar un reducido rango de sentimientos y parecer llanos en su afecto, y/o podría parecer que juegan menos que los demás niños de su misma edad. También podría parecer que el niño se excita con más facilidad. El niño podría sobresaltarse en respuesta a sonidos, podría parecer exageradamente alerta – preocupado de posibles peligros. Con frecuencia los niños expuestos a factores estresantes parecen irritables y podrían actuar agresivamente. Podrían parecer hiperactivos porque podrían distraerse con facilidad y tener dificultad para concentrarse.
Aliviando estrés
El primer paso es identificar y luego tratar de reducir o eliminar el factor estresante, particularmente si es un factor estresante traumático. El siguiente paso es entender que una manera como el estrés afecta a los niños es porque afecta a los adultos que cuidan de ellos. A través de muchos estudios hemos visto que el mejor indicador de cómo reaccionará un niño a un factor estresante es ver cómo reacciona el proveedor de cuidado. Para aliviar el estrés en los niños necesitamos aliviar el estrés en los adultos que cuidan de ellos.
Creando un ambiente seguro
Los adultos pueden ayudar a mejorar el desarrollo y aprendizaje de los niños proporcionando un ambiente seguro. Esto debería darse por hecho, pero desafortunadamente cuando visitamos escuelas vemos que con frecuencia esto no sucede. Los niños pequeños se desarrollan en el contexto de las relaciones. Si las relaciones cambian continuamente, la seguridad se ve afectada, y el desarrollo y aprendizaje también. Ofrezca un ambiente con proveedores de cuidado bien entrenados y una buena proporción de personal por niño. Cree un entorno que se enfoca en el niño en su totalidad – no sólo en su desempeño académico, sino también en su desarrollo y bienestar social, emocional y físico.
Publicado en :http://www.losninosensucasa.org/question_detail.php?id=528

Estudios sobre el estrés en la crianza de infantes

Relación del desarrollo cognitivo con el clima familiar y el estrés de la crianza
Vera Noriega, José Angel y otros llevaron a cabo un un estudio con 120 familias en pobreza extrema de las zonas marginales de Hermosillo, SonoraMéxico. Madres de 32 años en promedio respondieron a una escala de funcionamiento familiar, estrés de la crianzay sus niños fueron medidos en desarrollo cognitivo. El objetivo fue evaluar las diferencias significativas entre los tres tipos de familias en su desarrollo cognitivo, el estrés de la crianza y el clima familiar. Se clasificaron las familiasen base a la medida de clima familiar con un Justificar a ambos ladosanálisis de conglomerados (clusters). Los resultados indican: a) trestipos de climas, que etiquetamos como, disciplinado, cohesionado y sin orientación; b) clima sin orientación seasocia a una percepción negativa del niño y de restricciones por la maternidad y presentan las medias mas bajas dedesarrollo cognitivo; c) el clima cohesivo se asocia con menos estrés en la madre por la crianza y los puntajes masalto de desarrollo cognitivo.

Psico-USF, v. 10, n. 2, p. 161-168, jul./dez. 2005

Fuente:http://pepsic.bvs-psi.org.br/pdf/psicousf/v10n2/v10n2a07.pdf

Desarrollo, estimulación y estrés de la crianza en infantes rurales de México

José Angel Vera Noriega.

Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C

El desarrollo infantil es analizado a partir de indagar qué relación existe con el estrés que experimenta la madre durante la crianza y cual es la estimulación que el niño recibe en el hogar, con infantes de uno a cinco años de edad en los municipios del sur del Estado de Sonora (México) a través de un muestreo aleatorio simple.

Se eligieron 115 madres con hijos menores de seis años. Los instrumentos empleados fueron el Índice de Estrés Parental para familias Sonorenses (Montiel y Vera 1998), el Inventario de Estimulación del Niño en el Hogar (HOME) (Cadwell y Bradley, 1967; Vera, Domínguez y Laborín, 1991) y la Escala de Desarrollo Integral (EDIN) (Atkin, Supervielle, Sawyer y Cantón, 1987). Los resultados evidenciaron la relación entre el estrés y el desarrollo del niño. El análisis de varianza factorial (ANOVA) mostró que la aceptación del niño por la madre influye en el desarrollo (r = -0.35) específicamente en el área de lenguaje (r = -0.33), motora fina (r = -0.21) y sensocognitiva (r = -0.22).

Lo anterior sugiere una relación directamente proporcional entre el nivel de estrés de la madre y el lenguaje, la motricidad fina y el área senso-cognitiva. Las percepciones subjetivas de estrés están relacionadas con el comportamiento del niño y con la manera en la cual la crianza afecta la socialización y uso de tiempo libre por parte de las madres. No se encontró una correlación significativa entre estimulación y desarrollo. Las madres no están estimulando a sus hijos de manera intencional persistiendo creencias deterministas de tipo biológico.

Fuente:http://www.cop.es/delegaci/andocci/files/contenidos/VOL23_3_6.pdf

Relación entre el estrés parental y el niño preescolar

Laura Oliva y otros (2006)

Instituto de Psicología y Educación

El estudio especifica la relación entre el estrés percibido por los padres como resultado de sus propias características y situaciones de vida, y el estrés percibido por las características de sus hijos de 4 a 6 años de edad, encontrándose una clara correspondencia; si los padres de familia reportan estrés producto de sus propias características y situaciones de vida, también reportarán estrés producto de las caracterísitcas de sus hijos.

Fuente:http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/291/29116206.pdf

Fuente: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/291/29116206.pdf

Estrés y ambiente familiar en los niños

En ambientes familiares donde prevalece la inestabilidad, apego inseguro, prácticas de crianza impredecibles, entre otras, en la niñez, provoca que en la adolescencia se presenten vínculos paternales inestables, estrés familiar y conflictos. Por otra parte, el estrés no es privativo de los adultos, también lo experimentan los niños.

Cynthia Zaira Vega Valero, Doctora en PsicologíaCiudad Universitaria (CU) de la UNAMCiudad de Mexico, México, presenta un trabajo de investigación, que tiene dos propósitos: el primero, examinar la posible relación entre estrés y ambiente familiar en niños; el segundo, realizar una aproximación a la validez convergente del Inventario de Estrés Infantil (IEI). Participaron 211 niños entre 8 y 13 años, se les aplicó el IEI el cual evalúa estrés y la escala de Moos que evalúa ambiente familiar.

Los resultados mostraron que no hay relación entre estrés y ambiente familiar cuando se considera a la muestra total de participantes, sin embargo se identificó una relación inversa entre las variables cuando se analiza al grupo de niños que por puntaje están estresados.

Así mismo se encontró que las niñas presentan más estrés que los niños, también se identificó que los niños que cursan 4to de primaria están más estresados que los de mayor grado. Respecto a la validez convergente del inventario se muestra favorable.

Los datos se discuten en dos niveles: en la implicación clínica de evaluar estrés y ambiente familiar en niños y en la validez del instrumento.

Este trabajo fue financiado por PAPCA 2009-2010.
Trabajo publicado el 19 de junio de 2009
Fuente: http://www.psicologiacientifica.com/bv/psicologia-409-1-estres-y-ambiente-familiar-en-ninos.html

domingo, 30 de agosto de 2009

Con frecuencia, los problemas de salud de la infancia resurgen en la adultez

MARTES, 2 de junio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Los problemas de salud física y mental de la niñez pueden tener consecuencias de por vida, lo que significa que iniciar la promoción de salud y la prevención de enfermedades al comienzo de la vida es importante, señalan expertos.
"Está surgiendo un consenso científico de que los orígenes de la enfermedad de los adultos con frecuencia se encuentran en los trastornos del desarrollo y biológico que ocurren durante los primeros años de vida", según el Dr. Jack P. Shonkoff, de la Universidad de Harvard, y colegas.
Los esfuerzos de promoción de la salud y prevención de las enfermedades deben comenzar en los primeros años de vida, recomienda el equipo de Shonkoff en un artículo que aparece en la edición del 3 de junio de la revista Journal of the American Medical Association, dedicada al tema de la salud infantil y adolescente.
"Los investigadores han postulado que la experiencia temprana puede afectar la salud adulta al menos de dos maneras, mediante la acumulación del daño con el tiempo o por la fijación biológica de las adversidades durante los periodos sensibles del desarrollo. En ambos casos, puede haber un periodo de muchos años, incluso décadas, antes de que las experiencias adversas precoces se expresen en forma de enfermedad".
Las enfermedades crónicas ocurren en un proceso acumulativo, como resultado de la tensión física y el estrés repetitivos, señalaron los autores del estudio en un comunicado de prensa de la revista.
"Se han mostrado potentes asociaciones entre informes retrospectivos en la adultez de un creciente número de eventos traumáticos en la niñez con una mayor prevalencia de una amplia variedad de trastornos de salud, entre ellos la enfermedad de la arteria coronaria, la enfermedad pulmonar crónica, el cáncer, el alcoholismo, la depresión y el abuso de drogas, así como problemas solapados de salud mental, embarazo en la adolescencia, y factores de riesgo cardiovascular como obesidad, inactividad física y tabaquismo", escribieron Shonkoff y colegas.
La fijación biológica de los factores de riesgo de una mala salud puede ocurrir durante periodos sensibles cuando el cerebro en desarrollo del niño es más receptivo a diversos estímulos, tanto positivos como negativos, muestran los hallazgos.
"Las experiencias tempranas de maltrato infantil y pobreza se han asociado a mayores respuestas inmunitarias en la adultez que son factores de riesgo conocidos para el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el asma y la enfermedad pulmonar crónica", escribieron los autores del estudio.Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: Journal of the American Medical Association, news release, June 2, 2009HealthDay(c) Derechos de autor 2009, ScoutNews, LLC

Publicado en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_85167.html

La investigación demuestra la importancia de desarrollar las facultades sociales y emocionales del niño

Traducción al castellano: Lucrecia Miranda
Cómo se sienten los niños es tan importante como lo que éstos piensan, y cómo se los trata es tan importante como lo que se les enseña
Jack Shonkoff, co-editor, Neurons to Neighborhoods (Neuronas a los Barrios).
No es ningún secreto que los niños necesitan el apoyo y el afecto de los adultos para crecer bien. Investigación reciente demuestra que:
Las primeras experiencias de los niños moldean el desarrollo del cerebro; en este contexto, experimentar el apoyo de las relaciones es fundamental.
Muchos niños ingresan al escuela con problemas emocionales o de comportamiento. La proporción es de prácticamente el triple en el caso de niños provenientes de communidades de bajos ingresos.
Los programas de buena calidad son efectivos para proveer ayuda a los padres, proveedores de educación preescolar y maestros de K-12 de modo tal que éstos puedan contribuir a un desarrollo social y emocional sano en los niños.
Las experiencias moldean el cerebro
La mayor parte del desarrollo del cerebro humano tiene lugar después de nacer, por lo que las experiencias de los niños afectan la estructura de su cerebro a medida que éste se desarrolla.
El desarrollo emocional forma parte de la estructura del cerebro junto con la facultad de pensar. El desarrollo de uno afecta el desarrollo del otro.
Un ambiente con afecto promueve el desarrollo de un cerebro sano.
Las relaciones son importantes
Los lazos afectivos y el sentirse unidos a sus padres ayudan a los niños a aprender herramientas sociales y emocionales tales como confianza, compasión, confianza en sí mismos y auto-control.
El desarrollo social y emocional desde el nacimiento hasta los tres años forma la base para el aprendizaje futuro.
El estrés a causa de la pobreza, bajo nivel educativo y depresión de los padres hace que sea más difícil para éstos proveer el tipo de respuesta y la atención cálida necesarios para ayudar a los niños a crecer bien.
El apoyo para padres y los programas de educación de buena calidad tales como Early Head Start, Parents as Teachers y Healthy Start, así como programas de visita a domicilio tales como Nurse-Family Partnership, son efectivos como ayuda a los padres para que éstos puedan proveer un entorno positivo para sus hijos. Estudios realizados sobre estos programas arrojan mejoras en la salud emocional y el comportamiento de los niños.
La educación temprana de calidad ayuda
Un entorno cálido de atención y educación temprana para los niños promueve el desarrollo social y emocional de éstos y mejorar su abilidad para aprender.
El respeto de los maestros por la cultura de los niños fortalece los lazos con las familias, hace que los niños se sientan apoyados y quizás les ayuda a aprender más.
El comportamiento de los niños y su bienestar emocional mejoran cuando los maestros tienen acceso a:
Formación tal como la que ofrece el programa “Incredible Years” (Años Increíbles) de Head Start sobre problemas emocionales y de comportamiento para maestros y padres, el cual ha reducido los problemas de conducta en casi un tercio.
Consultas sobre salud mental: Cuando los maestros tienen acceso a personas idóneas para consultas de salud mental sólo la mitad de los niños resultan finalmente expulsados del preescolar. (vea "Cubriendo todas las bases").
Salarios adecuados, lo cual disminuiría el relevo y promoveria relaciones estabales.
El comportamiento afecta el éxito escolar
Los niños que causan muchos problemas en el aula tienen menos capacidad para obtener un feedback positivo y enseñanza apropiada, les va peor en la escuela y asisten menos a clase.
Entre un 16 y 30 por ciento de los niños que ingresan al jardín de infancia tienen problemas emocionales o de comportamiento que causan problemas constantes para los maestros.
El comportamiento de estos niños mejora cuando los maestros tienen acceso a:
Formación sobre desarrollo social y emocional infantil
Programas de educación de herramientas de socialización para niños tales como Second Step (Segundo Paso) y Resolving Conflicts Creatively (Resolución Creativa de Conflictos).
FUENTES: California Tomorrow, California Healthy Start, Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning, Kauffman Early Education Exchange, National Center for Children in Poverty, National Scientific Council on the Developing Child, Neurons to Neighborhoods, RAND, Cybele Raver, Betty Rintoul, Zero to Three, Yale University Child Study Center

Publicado enhttp://es.4children.org/issues/2005/july_august/research_showssocial_and_emotional_skills_matter/: