Emma Aguirre. Lic. Educación
Inicial
Grupo Impulsor de la Educación
Inicial
Ayer domingo
13 de Enero algunos titulares de periódico anunciaron un acto
inverosímil para cualquier ciudad que se precie de civilizada: la quema de
juegos infantiles de reciente inauguración por la alcaldesa Susana Villarán, en un parque de San Martín de Porres. En la
nota de “La Primera” se afirma que la obra costó 314,000
soles pero se ha perdido mucho más. Se
han perdido horas de juego para los
numerosos niños de alrededor que este verano tenían en el parque la posibilidad de jugar, de explorar , de
moverse y compartir un espacio de entretenimiento, con otros del barrio y mejor
con sus padres al regresar de trabajar.
Seguramente los autores del
siniestro pensaron al cometer su
fechoría que son unos cuantos fierros
quemados. Reconstruir el Parque tomará su tiempo en términos administrativos
tal como funcionan las reglas de toda la
gestión pública.
Este hecho es una alerta: si los
parques no son valorados y se pueden quemar sin que nada pase, por cualquier disputa, se evidencia qué poco vale para cierto sector
de la ciudad el INTERÉS SUPERIOR DE LOS
NIÑOS MENORES DE 5 AÑOS, a quienes privarlos de un parque es como quitarles el
desayuno escolar o la vacuna, pues los niños necesitan jugar como el aire para
respirar.
Hoy, en una ciudad como Lima que
crece aceleradamente hacia arriba, con departamentos estrechos y madres y padres que pasan largas
horas trabajando, contar con juegos
cerca de casa, es recordarle a la
ciudad que sus ciudadanos esos niños y niñas menores de 5 años también tienen
derecho a gozar de servicios públicos.
No es la primera vez que tomo
conocimiento de que por venganza se incendia un servicio para niños. Ya ocurrió
algo similar en una disputa entre dirigentes de un asentamiento humano por la
construcción de un establecimiento para PRONOEI[1]
cuya solución fue incendiar el local educativo también en el Cono Norte… y no
pasó nada. ¿Es que los servicios públicos para menores de 5 años no son una
inversión para el desarrollo humano de Bien Común? ¿Saben esas personas
cuántas oportunidades de vida saludable se pierden cuando un niño no juega
poniendo a prueba sus destrezas motoras?
A los autores del siniestro ¿también les quemaron alguna la posibilidad
de jugar y por eso lo repiten?
¿Vamos a volver a las épocas de
destrucción del Bien Común? No hace
mucho hemos salido de uno de los más terribles períodos de violencia de nuestra
historia, con lecciones que parece aún no aprendemos cuyas heridas no han
terminado de cerrar.
Recordemos las palabras de la Ministra de Justicia en
una reciente entrevista con Chema Salcedo en RPP: “no se trata de pensar sólo en la aplicación de medidas punitivas, los
gringachos se pueden evitar” si los vecinos logran comprender que
los niños son su mejor patrimonio
e inversión valoraremos por qué los
parques de juego son una obra que todos tenemos que cuidar y proteger de intensiones perversas. Nuestros
niños, son nuestros…de todos. Necesitamos prodigarles afecto, ofrecerles esparcimiento, seguridad y valores desde el
seno del hogar y en el ambiente amigable de un parque vigilado y cuidado por
toda la comunidad.
Los niños son responsabilidad de
la familia y la comunidad…los parques son los espacios a los que tienen derecho
para crecer sanos, educados y contentos.
[1]
Servicio de Educación Inicial no Escolarizado para niños de 3 a 5 años
construido con la mano de obra de la comunidad.
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