viernes, 25 de junio de 2010

ALIMENTACIÓN DEL NIÑO de 6 meses a un año de edad

Características de la alimentación:

Debemos darle al niño variedad de alimentos y adecuada presentación, a través de la incorporación progresiva de nuevos alimentos y/o preparaciones que posibiliten ampliar la gama de colores sabores y olores, además de modificar la consistencia de las comidas. Para ello es mejor darle un alimento a la vez antes de mezclarlos para que el niño distinga su sabor y verificar si es aceptado o no.

Calidad:
Los alimentos deben introducirse uno por uno, probando cada uno de ellos por tres a cinco días antes de iniciar uno nuevo. Esto permite que los padres identifiquen más fácilmente los alimentos que causan estreñimiento, diarrea o exantema. Es típico introducir primero cereales con un grano simple, como el arroz (menos alergénico), la cebada y la avena. A continuación se adicionan frutas coladas y verduras amarillas, como el zapallo y la zanahoria. Estos alimentos son ricos en vitaminas A y C, tienen un sabor y textura que la mayor parte de los lactantes aceptan fácilmente.
Luego se agregan verduras verdes, carnes y yema de huevo. Para reducir la posibilidad de intolerancia a alimentos, los cítricos, pescados y mariscos, chocolates, clara de huevo, no se introducen sino hasta el 9 mes.
Los alimentos combinados pueden darse después de que se ha establecido la tolerancia a sus ingredientes simples.
Los primeros alimentos del niño no necesitan que se les agregue sal, la leche cubre los requerimientos de sodio del lactante.

Cantidad:

Debemos tener en cuenta el volumen adecuado de cada una de las comidas del día en relación a la densidad energética de las preparaciones (consistencia), la que a su vez va a depender del tipo de alimentos que se utilice.
Al principio la cantidad varía, es progresiva, desde 1 a 4 cucharaditas, hasta 1/3 de taza durante los 6 y 7 meses, luego aumenta a ¾ de taza hasta el 9 mes y luego 1 taza a más hasta un año de edad.

Frecuencia:
La distribución de las comidas en intervalos no superiores a 4 horas, con un total de 4 comidas diarias, para ajustarse a la capacidad gástrica del niño y evitar la hipoglicemia.

Consistencia:
El desarrollo progresivo de la capacidad de ingerir alimentos de mayor consistencia en el lactante se distingue en tres períodos:
- Desde el nacimiento es capaz de succionar y tragar líquidos. Esta capacidad es óptima a las 16 semanas.
- A partir de los 4 meses aparece el reflejo de deglución. Hasta esta edad el lactante presenta el reflejo de deprotusión, que hace que el alimento introducido en la parte anterior de la cavidad bucal sea rechazada en lugar de deglutido. Al aparecer el reflejo de deglución el niño es capaz de ingerir alimentos más espesos como papilla.
- Aumento del uso de la musculatura masticatoria. A partir de los 6 meses, el niño es capaz de ingerir alimentos más enteros, picados o trozados hasta llegar a masticar alrededor del año.

Para que un bebé pueda comenzar a ingerir papillas o alimentos sólidas, es necesario que pueda sentarse, que tenga adecuado sostén de cabeza y cuello, y que pueda alejar su cabeza cuando está satisfecho o no le gusta la comida. Esto generalmente ocurre alrededor de los cuatro a seis meses. Además, los niños mas pequeños, tienen dificultad para llevar el alimento a la parte posterior de la boca y tragarlo; y habitualmente lo que hacen es empujar la comida fuera de su boca.
Los bebés no necesitan alimentos sólidos hasta los cuatro a seis meses. Idealmente se debe alimentar al niño con pecho exclusivamente hasta los seis meses.

El momento de alimentar al niño: (el entorno familiar)

Para los pequeñines, la familia es la principal influencia en el desarrollo de hábitos alimentarios. Los padres y hermanos mayores son modelos importantes para niños pequeños ya que aprenden e imitan a las personas en su ambiente inmediato. Se ha demostrado que las actitudes de los padres hacia los alimentos son un indicador firme de los gustos y aversiones a los alimentos y también de la complejidad de la dieta en niños. No se ha aclarado qué tanto de la similitud entre preferencias alimenticias de los niños y sus padres es genética y cuanta depende de factores ambientales.

La atmósfera que rodea a los alimentos y la hora de las comidas es un factor importante de las actitudes hacia el alimento y la alimentación. Expectativas altas de los modales del niño durante la comida, con amenazas de reprimendas puede determinar que sea una hora terrible. Las discusiones y otras agresiones emocionales pueden tener un efecto negativo. Las comidas que son apresuradas crean una atmósfera agitada y refuerzan una alimentación muy rápida. Un ambiente positivo permite tiempo suficiente para comer, tolera derrames ocasionales y fomenta conversaciones que incluyen a todos los miembros de la familia.

Bibliografía:

Olivares, Sonia y otros
. Nutrición: prevención de riesgos y tratamiento diétetico. 1era. Edición patrocinada por la Confederación Latinoamericana de Nutricionistas dietistas. CONFELANYD. Santiago de Chile 1990.
Cameron, Margaret. Manual para alimentación de infantes y niños pequeños. Editoral PAX México. 1989.
Feldeman, Elaine. Principios de nutrición clínica. Editorial EL Manual Moderno, S.A. de C.V. México D.F. 1990
Krausse. Nutrición y Dietoterapia. Interamericana. McGraw-Hill Tercera edición. México,1995
Berhman, Richard E. y otros. En: NELSON TRATADO DE PEDIATRIA, 15ava edición. Volumen I. McGraw-Hill Ineramericana Editores S.A. México, 1997.

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